¿Tiene sexo la escritura?, que tan peculiar pregunta me parece que hablar de la LA escritura es hacer notar su posición en la cadena significante, tiene su posibilidad tal vez en el femenino del artículo. Los escritores en masculino revelan en sus letras una posibilidad hacia ella (LA escritura), hemos leído mucho en como ellos muestran su posición ante eso que escriben (poesía, ensayo, novela, etc.), es lo que estamos habituados a leer y tal vez, seguir esos caminos. Hice un ejercicio cuando leí a Media Asta de Carmen Berenguer, este consistió en pensar que era un masculino quien lo escribía, había elementos que al leerlo si pudieran situarse en ese tipo de escritura, sin embargo, cuando Berenguer hace alusión sobre el cuerpo o aquello detalles que tiene que ver con el sexo, es ahí donde me parecía forzado ubicarlo en referencia a lo masculino. Me percaté que esas letras que son sentidas desde el cuerpo develan una posición femenina al respecto, y sí, después de este escueto experimento, considero no que la escritura tenga sexo pero si se devela una posición femenina en lo que se inscribe en esas letras, existe una identidad en juego lo femenino en masculino y la escritura en femenino, sólo que en este momento considero que no toda la textualidad escrita por una mujer puede leerse en femenino, ya que puede estar permeada, justamente de lo masculino, ya que como alude Richard muchas mujeres escriben como escritores, no desde la posición femenina.
Hay cuestiones que sólo se puede develar, en la escritura, desde una posición femenina, me parece que muchas escriben desde el cuerpo, desde el sexo, desde ese lugar de marginalidad, diferencia, otredad, de aquello que sólo habitando esa posición se puede dar cuenta, y sí, habrá cuestiones que como humano sea generalizado en la escritura. Me parece, que puede haber un cierto tipo de escritura que deviene desde un lugar de disidencia, que sólo siendo mujer y habitando ese espacio, se puede dar cuenta como mecanismo simbólico, a qué me refiero con esto, que sólo una mujer podría poner en evidencia la vivencia de la elección sobre la no maternidad por ejemplo.
Considero que las escritoras mujeres estás en una posición muy comprometida en tanto su producción, pues en cierto sentido parece que sólo pueden hablar de aquello que se figura en lo romátizado de la literatura (la novela, la poesía), parece que estamos condenadas a escribir “cosas bonitas”. Al parecer son muy pocas las que se han cuestionado ese lugar que tiene en lo privado y todo lo que con lleva eso, el encargo social de ser mujer de cierta forma o clase, y es ahí en el cuestionamiento que muchas se descolocan de ese lugar “bonito” y se atreven a usar la palabra como un acto subversivo, lo planteo también en términos lacanianos, hay una subversión del sujeto en el discurso y aparecen estas nuevas formas “femeninas” de escritura, creo que esa subversión es la que se inscribe en el simbólico de la letra y que permite formas identificatorias a aquellas que pueden leerse ahí, ya que la escritura femenina tiene cierto matices que no a todos les hace eco, justo por no estar colocados en un plano disidente o subversivo.